martes, 16 de junio de 2009

“El consejo del clúster debe tener poder en los destinos de los recursos”



Juan Carlos Sepúlveda, gerente general de Fedefruta



Comenta la participación del gremio en esta política y platea las expectativas para el desarrollo.

Dentro del Consejo Estratégico para el Cluster Alimentario, la Federación de Exportadores de Fruta de Chile (Fedefruta), ocupa una de las nueve plazas que representan al sector privado. Voceros de todo el sector, que incluye a pequeños, medianos y grandes exportadores, el gremio asegura que en este corto período de implementación de la política de cluster, las cosas van bien encaminadas, y que, según las palabras de su Gerente General, Juan Carlos Sepúlveda, “siempre es importante tener una institucionalidad que ordene y que sirva para fomentar el desarrollo y la competencia del sector, y esta iniciativa apunta directamente a ello”.

Según explica, la labor que ha desarrollado la Federación hasta el momento dentro del Consejo, es la de “evaluar y determinar las necesidades reales del sector y valorar las propuestas que vienen desde el Comité Técnico, hacia el sector Fruticultura Primaria, que es uno de los cinco subsectores que componen el Cluster Alimentario। Sobre esto, Sepúlveda acota que el término es demasiado amplio, ya que normalmente los cluster están definidos por los técnicos como la iniciativa de instaurar una política de desarrollo para una actividad económica definida, en un territorio definido, y bajo esta visión no “podemos hablar de un Cluster Alimentario que abarque casi la totalidad del país. Prefiero referirme a Consejo Estratégico Público Privado”. Pero, eso es un detalle, aclara. “Lo importante es que la política ya está funcionando”

¿Y qué expectativas tienen como gremio con la implementación de esta política?
Esperamos que con la relación que se ha formado entre todos estos agentes, se puedan abordar eficientemente las falencias reales de todo el sector, a través de los diferentes instrumentos que actualmente existen para el fomento, la innovación y la inversión, o mediante la modificación de estos o la creación de nuevos instrumentos. Esto es lo que se ha estado discutiendo permanentemente con la idea de poder apoyar todos los sectores priorizados por el cluster.
¿Cómo se están enfrentando actualmente las brechas y las necesidades que tienen los exportadores de frutas?
Hay muchas cosas que se están ejecutando y que es necesario ajustar con pequeños toques। Detallar estas iniciativas llevaría demasiado tiempo, pero a manera general la problemática de la fruta es transversal a todos, casi la misma para todos. Hay excepciones en sectores que necesitan de la asociatividad para lograr estar a la par con los empresarios de mayor tamaño. Actualmente creemos que están los instrumentos para ello, y como asociación gremial nos ponemos a disposición de ellos. Por eso alguno de los temas que abordamos en el cluster son la comercialización, las relaciones exportadoras y las negociaciones en conjunto. Además, yo formo parte del Comité Técnico y, por lo tanto, las propuestas que entregamos como comité son enviadas para la evaluación de todos los actores del cluster, universidades, los institutos tecnológicos, los representantes de los productores, de los exportadores, etc. Todos ellos van dando su visión sobre cómo abordar las problemáticas del sector, que son bastante amplias.

Pero ya hay líneas definidas para el desarrollo del sector, a corto o largo plazo.
Sí। Una de las que se conversa en el largo plazo es el tema de la biotecnología. Normalmente nuestras especies frutícolas necesitan llegar a un mercado lejano. Nosotros como país en el Hemisferio Sur podemos producir frutas de temporada para el Hemisferio Norte, porque se produce una diferencia en las condiciones climáticas. Eso es una ventaja, pero por otro lado no es tan beneficioso, porque significa tener que llegar a un mercado muy lejano, en lo referente a distancias. Estados Unidos, que es el mercado más cercano, está a 12 días, Europa a 20 días y Asia, 40 días. En consecuencia tenemos la problemática de que la fruta debe mantenerse fresca durante todo el viaje. Entonces, en algunas especies donde podemos tener ventajas competitivas, como la uva, los carozos, duraznos, nectarines, cerezas y damascos, nos vemos disminuidos porque los países desarrollados que han creado mayoritariamente todas estas variedades, están a mucha menos distancia. En camión llegan en dos o tres días a los centros de consumo. Nosotros en mucho más. Por eso buscamos obtener variedades que tengan un período largo de duración de post cosecha y que lleguen en buenas condiciones. Además, un sistema de refrigeración con atmósferas modificadas que nos permitan llegar con los frutas como recién cosechadas. Esto es algo que ya se ha hecho y que hay que acrecentarlo, y sobre eso se trabaja a un plazo cercano a los diez años.

En ese sentido ¿se habla de un mejoramiento genético de las frutas de exportación?
Claro। En Europa ya se habla de la transgenia, pero dentro de las mismas especies vegetales. Eso es un tema que se investiga más ampliamente en nuestro país, porque a nivel nacional no lo tenemos aprobado comercialmente. Entonces, si se quiere mirar al futuro y al largo plazo, este es un tema que debe quedar establecido, trazado y funcionando. Si miramos todas las variedades que comercializamos en Chile, diría que casi la totalidad son traídas de Europa o EEUU.

¿Y esto por qué, falta el conocimiento para avanzar a nivel nacional?
No lo creo। Si bien, todo esto ya se ha hecho en Chile, no se ha contado con los fondos y los recursos para emprender. El tema se está abordando bastante. Por lo menos en nuestro sector hay dos consorcios que están trabajando en esto. Fedefruta pertenece a un consorcio tecnológico integrado por varias universidades, el Centro Tecnológico INIA, Fundación Chile, la Asociación de Vivero. Con todos estos agentes se está desarrollando este tema de manera bastante sostenida.

En lo referente al corto plazo ¿se trabajan algunas iniciativas?
Hay temas que sí se pueden abordad rápidamente। Uno de estos es la transferencia tecnológica, que apunta a poner a disposición de los más pequeños y medianos productores un mayor desarrollo tecnológico. Quienes realizaban la labor de asistencia tecnológica fueron cortando las actividades debido al costo que les generaban, y se han dedicado sólo al tema comercial. Entonces, algunos sectores productivos comienzan a carecer de estos avances, en temas por ejemplo como el riego o la fertilización.

Para Sepúlveda, la implementación de todo lo que significa el sistema de cluster en el sector productivo alimentario y la idea de posicionar a Chile como uno de los países top a nivel mundial en exportación de alimentos, avanza de buena manera. Asegura que se han detectado los temas que aquejan al sector, pero “se debe continuar el trabajo como algo permanente”, aclara. “No debe ser sólo un consejo, sino que debe tener tal vez, un poder de decisión en cómo y con qué prioridad se inyectan los recursos en el sector”.

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