lunes, 24 de agosto de 2009

Consejo de innovación apela por un incremento de los recursos para el 2010



La entidad presidida por Eduardo Bitran considera que se debe aumentar el gasto en 39 mil millones de pesos para el próximo año.


La discusión sobre el presupuesto para el 2010 ya está entrando en tierra derecha, si bien normalmente ingresa al Congreso a mediados de octubre, algunos parlamentarios han señalado que debido a las próximas elecciones la tramitación debería comenzar anticipadamente.

Por eso, el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad presidido por Eduardo Bitran presentó sus lineamientos sobre las áreas que se deben priorizar y ser un factor importante dentro del próximo erario nacional.

Para el consejo, debido a la prioridad que el Ejecutivo le ha otorgado al desarrollo del Sistema Nacional de Innovación para la Competitividad (SNIC), incrementando sostenidamente los recursos presupuestarios asignados a las instituciones y programas que lo componen, ha elaborado el documento Orientaciones para el Presupuesto Público del Sistema Nacional de Innovación.

En este sentido, y considerando el actual contexto de la crisis internacional que ha afectado al país, el CNIC desea enfatizar su convencimiento de que, una vez superada la crisis, la innovación jugará un rol clave en el aumento de la productividad y el crecimiento sostenido que requiere el país para alcanzar el objetivo de ser una nación desarrollada en los próximos 15 años.

Por eso reitera la necesidad de que el Estado siga priorizando el desarrollo de la innovación como factor fundamental para alcanzar el desarrollo y entrega –con una mirada de mediano plazo- orientaciones para la elaboración del Presupuesto Nacional.
Principales puntos

El consejo enfatizó que se debe hacer “el mejor esfuerzo para que el gasto presupuestario destinado al Sistema Nacional de Innovación (incluyendo tanto los fondos para ciencia, tecnología e innovación como aquellos orientados a la educación terciaria y la capacitación) mantenga una tasa de crecimiento sobre el 12%”.

Asimismo, tienen contemplado que se necesita realizar un esfuerzo especial para aumentar la competitividad de las empresas, fortaleciendo los programas orientados a reducir las brechas de productividad mediante la adopción de mejores prácticas (especialmente orientado a las empresas de menor tamaño relativo), estimular la innovación al interior de las empresas, promover la certificación y capacitación de trabajadores basadas en competencias, y promover la entrada de nuevas empresas innovadoras.

Junto a ello se debe incentivar en la formación del Capital Humano avanzado en una estrategia integral que dé cuenta del necesario balance que debe existir entre la formación y las capacidades que debe tener el sistema para absorber a esos nuevos profesionales.

Para favorecer este último aspecto, el CNIC propone asegurar que el presupuesto de Ciencia de Base (que ha permanecido constante desde el 2007) se incremente en términos reales en los próximos años. Y en este sentido destaca los concursos Fondecyt de Iniciación y Regular, además de los programas científicos colaborativos de tamaño medio (anillos/núcleos), los cuales no han tenido la continuidad necesaria.

De esta forma, añade, “las orientaciones recopiladas en este documento –que surgen de la propuesta de la Estrategia Nacional de Innovación entregada a la Presidenta de la República y de una profundización del análisis de los pilares básicos de ésta y de los sectores seleccionados para la política de clusters recogen las acciones y áreas que el Consejo ha considerado prioritarias y que deben enfatizarse y/o cautelarse en un contexto fiscal global más restrictivo”.

Además de un agresivo plan de incentivos para la incorporación de doctorados y posdoctorados en empresas mediante la implementación en CORFO de un programa de mayor cobertura y sin el requisito de contar con un proyecto de investigación en la empresa.
Líneas estratégicas

En enero de 2008 el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad completó la tarea de presentar al gobierno una Estrategia Nacional de Innovación para la Competitividad que, como punto de partida, propone al país el desafío alcanzar un ingreso per cápita de alrededor de US$ 25.000 hacia el 2020, cifra que pondría a Chile en el club de las naciones desarrolladas, con un nivel de vida como el tienen hoy España o Nueva Zelanda. Para conseguirlo, la evidencia internacional nos ha demostrado que es necesario aumentar el aporte al crecimiento de la Productividad Total de Factores (PTF), la que tiene a su vez como componentes más relevantes la diseminación del conocimiento, el cambio tecnológico, el capital humano, la innovación y diversificación productiva.
Una inflexión urgente

Al momento de presentar la Estrategia, el Consejo hizo hincapié en que no es posible que el país sostenga un nivel de crecimiento que le permita alcanzar el desarrollo hacia 2020 si no se genera una inflexión hacia una economía que diversifique su estructura productiva basada cada vez en mayor medida en el conocimiento, el capital humano calificado y en el desarrollo de un sector empresarial dinámico en que la innovación sea un elemento central en sus estrategias de negocios. Desde su inicio el CNIC manifestó su preocupación por el hecho de que –según las proyecciones con que se contaba hacia fines de 2006 y comparado con aquellas naciones que mostraban un nivel similar de ingreso-, Chile seguía anclado en un patrón clásico de crecimiento, dependiendo mucho más fuertemente de la simple acumulación de capital y trabajo, y de la exportación de materias primas basadas en ventajas comparativas estáticas, más que de los incrementos en la productividad de estos factores productivos.

Desde el lanzamiento de la Estrategia, nuevos antecedentes disponibles refuerzan esa preocupación. Estudios conocidos con posterioridad a la elaboración de la estrategia (Gredig y Larraín 2007, y la Encuesta de Innovación 2006) indican que el país enfrenta un escenario de mediano plazo en que la Productividad Total de Factores muestra escaso crecimiento, mientras que la innovación generada en las empresas parece disminuir.
Más recursos para alcanzar el desarrollo

Si bien la Ley de Presupuestos da cuenta del compromiso del Estado en materia de innovación, el Consejo ha querido revisar también lo que sucede con los presupuestos vigentes, es decir, aquellos que consideran los ajustes realizados durante el período de ejecución, dando cuenta de los ajustes que, por diversas razones se deben realizar a los marcos de gasto de las instituciones públicas.

Ahora bien, si se compara los presupuestos vigentes a marzo de 2009 y a diciembre de 2007, las cifras muestran algunas variaciones, entra las cuales se aprecia un crecimiento promedio acumulado anual de 12% para el Sistema de Innovación en su conjunto (incluyendo tanto los fondos para ciencia, tecnología e innovación como aquellos orientados a la educación terciaria y la capacitación) –cifra levemente inferior al 13% que se desprendía de las leyes aprobadas, mientras que para el gasto específico en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTi) se anota un aumento del 15% (también levemente menor a lo aprobado en las leyes de Presupuesto). Todo ello, en la medida que las modificaciones realizadas durante los ejercicios 2007 y 2008 elevaron los recursos destinados al sistema, mientras que los ajustes que se están produciendo durante este año para hacer frente a la crisis económica están más bien orientados a una rebaja de los gastos.

Ahora bien, si se mide el esfuerzo en innovación como porcentaje del PIB, se verifica también una positiva trayectoria, ya que el gasto público directo en Ciencia, Tecnología e Innovación ha crecido regularmente en los últimos tres años: 0,26% en 2007, 0,32% en 2008 y se estima que llegaría a 0,36% en 20096. En tanto, si se contabiliza el presupuesto para el Sistema de Innovación en su conjunto, el esfuerzo llega al 0,81%.

Por eso para alcanzar la meta de inversión del Estado en I+D de 0,7% del PIB el año 2020, el Consejo estima un crecimiento real del gasto en CTi de un 12% acumulado anual a partir del 2010. Sin perjuicio de los necesarios ajustes anuales por condiciones coyunturales macroeconómicas, se requiere mantener el esfuerzo realizado en los últimos años. Esto significa para el 2010 un aumento de gasto de al menos $39.000 millones.


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